El fingolimod, un modulador del receptor de la esfingosina-1-fosfato (S1P) dotado de un mecanismo de acción novedoso, fue el primer tratamiento oral aprobado para la esclerosis múltiple remitente recurrente. Su unión a los receptores S1P1 de los linfocitos promueve la retención selectiva de los linfocitos T vírgenes y de memoria central en los tejidos linfoides secundarios, lo que impide su salida hacia el sistema nervioso central (SNC). Asimismo, el fingolimod atraviesa con facilidad la barrera hematoencefálica, y diversos estudios le atribuyen un efecto neuroprotector directo en el SNC.
Un reciente artículo ha revisado la información disponible acerca de los efectos centrales del fingolimod. El desequilibrio entre los procesos lesivos y reparadores constituye un reflejo de la desmielinización crónica, la degeneración axonal y la gliosis, y parece contribuir a la discapacidad que la esclerosis múltiple acarrea. La facilidad con la que el fingolimod atraviesa la barrera hematoencefálica le permite actuar directamente sobre los receptores S1P localizados en las células del SNC. Una vez en el interior del SNC, ocupa los receptores S1P de los oligodendrocitos y de sus células precursoras, de los astrocitos, los microgliocitos y las neuronas, fomentando la remielinización, la neuroprotección y los procesos endógenos de regeneración. La eficacia evidenciada en los ensayos clínicos concuerda con un mecanismo de acción que incluiría efectos directos sobre las células del SNC.
Los datos disponibles indican que la eficacia del fingolimod en el tratamiento de la esclerosis múltiple se debe a su ambivalencia como molécula inmunomoduladora y moduladora directa de los receptores S1P del SNC. Tanto es así que estudios recientes le atribuyen efectos neuroprotectores en varios modelos que suscitan expectativas en torno a su posible aplicación terapéutica en la enfermedad de Alzheimer, el paludismo cerebral y el neuroblastoma, así como en la neuroprotección frente a la radioterapia craneal.
Fuente: neurologia.com